sábado, 30 de septiembre de 2023

EL PENSAMIENTO ORIENTAL.

 


Históricamente el pensamiento oriental nace con los pensadores chinos, los cuales desarrollan una mentalidad práctica que se extendería por todo Oriente y que se mezcló con la idiosincrasia y mentalidad de los pueblos que fue encontrando en su camino, desarrollando los sabios de todo Oriente una forma de pensar parecida, forma de pensar que nos influiría también a miles de occidentales que seguimos sus enseñanzas.

 



Como digo, es importante saber como discurrían los pensadores chinos, pues estudiando en profundidad la historia china podemos darnos cuenta como la figura del pensador no sólo ha influido en esta sino que también lo ha hecho en todo Oriente y, con posterioridad, en todo el mundo del pensamiento racional. Según puede leerse en eruditos textos sobre la historia china: "Todo el imperio es administrado por el orden de los sabios conocidos habitualmente por filósofos, la responsabilidad de la ordenada dirección de todo el reino es completa y totalmente encomendada a su cargo y cuidado". Con lo que se demuestra que la figura del pensador chino es indispensable para comprender la esencia del sentir chino tradicional.

Tradicionalmente, los grandes pensadores chinos eran moralistas, místicos y políticos teóricos que se ocupaban de la conducta del individuo y de la organización de la sociedad, pero que rara vez se interesaban por construir sistemas metafísicos, e incluso estos últimos también se ocupaban de los "asuntos terrenales".

Como veréis, a estos sabios prefiero denominarlos pensadores en vez de aplicarles la común denominación de filósofo, pues existe una gran diferencia entre el pensamiento oriental (pensador) y el pensamiento occidental tal y como se ha desarrollado en occidente (filósofo). Esta diferencia puede resumirse en dos cualidades sobresalientes:

1ª/ Los pensadores orientales no se proponen crear un sistema perfecto de la concepción del mundo, en que todas las relaciones y hechos tengan una interpretación inequívoca en el mundo visible y en el invisible, tal y como hacen los filósofos occidentales.

2ª/ Las meditaciones del pensador chino no se limitan al sólo conocimiento, sino que se preocupan de idear soluciones a los infinitos problemas que tenemos los humanos en la realidad cotidiana, proporcionándonos indicaciones y direcciones para vivir lo más confortablemente posible en nuestro plano de la realidad, al contrario de los filósofos occidentales, que suelen moverse en un plano menos palpable, el de las ideas.

 

Los chinos, y en general los orientales, han estado muy influenciados por el extremo opuesto de la inteligencia, el genio aforistico, el cual sigue la norma física de la "economía de movimiento", la cual nos enseña que todo movimiento debe hacerse con el menor gasto energético posible; si esto los aplicamos al terreno de las ideas y del pensamiento aparece la "economía de comunicación", o lo que es lo mismo, el exponer pensamientos de una gran complejidad con el mínimo de palabras, dándose el curioso caso de que tan sólo llenando unos cientos de folios se pueden transmitir los pensamientos y los conocimientos que en occidente llenarían bibliotecas enteras. De esta forma Lao Tsé expuso todas las enseñanzas taoístas en un pequeño libro: El Tao Te Ching, que puede leerse en menos de una hora, pero que su mensaje no puede comprenderse sino después de años de intenso estudio.

Lo bueno que tienen estos pensadores es que sus enseñanzas no pierden vigencia, pues los humanos no dejamos de serlo por vivir en el siglo sexto antes de Cristo o en el siglo XXI, todos nosotros hemos tenido siempre los mismos problemas y las mismas ansiedades, y las enseñanzas de los pensadores orientales no limitan sus principios intelectuales a la época en la que vivieron o viven.

Precisamente por el principio de "economía de comunicación", los orientales han llenado volúmenes y volúmenes escritos con una gran inmensidad de información en su interior, pero ¿que fórmula de comunicación han escogido los pensadores orientales para poder hacerlo? La respuesta es sencilla, sus enseñanzas se trasmiten por medio de proverbios.

Los proverbios según la doctrina filosófica son apotegmas, esto es, sentencias o frases breves que trasmiten una enseñanza y que estimulan a proceder conforme a ella.

 

Veamos algunos de ellos, recogidos de entre toda la literatura de los distintos pueblos orientales:

 

"El mundo está lleno de pequeñas alegrías; el arte consiste en saber distinguirlas". / Li Po (Li Tai Po), pensador y poeta chino.

 

"El odio nunca es vencido por el odio, sino por el amor". / Buda Siddharta Gautama, hindú fundador del Budismo.

 

"Considerar a los otros como enemigos no puede ser más que locura y un modo de regresión". / Jigoro Kano, japonés fundador del Judo.

 

"Ten el valor de la astucia que frena la cólera y espera el momento propicio para desencadenarla". / Gengis Kan (Chinggiz Khan), fundador del primer imperio mongol.

 

"Nuestros padres nos dan la vida, pero el dinero es el único que nos la conserva". / Ihara Saikaku (seudónimo del escritor japonés Hirayama Togo).

 

"Cuando nos invade la pena, un día dura tanto como tres otoños". / Lê Thanh Tông, pensador y escritor vietnamita.

 

"Cuando camines, sé feliz por estar caminando. Cuando te sientes, sé feliz por estar sentado. Por encima de todo, no te preocupes nunca". / Yun Men, pensador chino.

 

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