Las
artes marciales no sólo se iniciaron en el Lejano Oriente, también en Occidente
se crearon formas de combate, aunque desgraciadamente con la aparición de las
armas de fuego la mayoría de estas desaparecieron. España no podía ser menos,
aquí existen también dos modalidades de lucha vernáculas que son completamente
autóctonas, y que aún existen, aunque hay que reconocer que existen muy pocos
lugares en donde se enseñe, tan sólo en algunos clubs provinciales. Estos tipos
de combate autóctono son: la lucha canaria y la leonesa.
INTRODUCCIÓN.
Nacida como un juego de entretenimiento realizado por parejas, en el que prima
la combinación de fuerza y destreza, la lucha se ideó como un método de
educación física desde la infancia, al tiempo que se inculcaba en los
participantes las bases de la estrategia y la táctica militar, junto con una
lección de adaptatibidad al medio, a la situación y a las dificultades
enfrentadas, por lo que fue rápidamente adoptada por los soldados de los
ejércitos de la antigüedad, siendo la forma más antigua de deporte que se
conoce, pues se tienen testimonios de ella que datan de hace más de cinco mil
años.
Cuando
hablo de: la forma más antigua de deporte, me refiero al "deporte"
como a una actividad física humana que se halla regulada por unas determinadas
reglas, prefijadas antes de la consecución de la actividad. Hago esta
aclaración pues en algunos textos se habla del tiro con arco como el
"deporte más antiguo", cuando en realidad, si bien apareció antes que
la lucha como actividad, nació como una práctica soldadesca para ser más
efectivos en la guerra, nació como un entrenamiento guerrero, no fue hasta la
Edad Dorada de Grecia (en tiempos de la confederación pan-helénica) que se
convirtió en deporte reglamentado; mientras que la lucha ya estaba reglamentada
desde tiempos prefaraónicos en Egipto, cosa que está plenamente demostrada y
documentada, aunque se cree que incluso en la época de los imperios
mesopotámicos, algunos siglos antes, ya existían competiciones regladas de
lucha.
LA LUCHA EN ESPAÑA.
La
lucha reglamentada apareció en España en la Edad Media, como recreo de reyes y
cortesanos. Con anterioridad, la lucha en España no había sido más que un
combate intuitivo entre dos personas, en el que no existían reglas e incluso se
golpeaba y mordía. Es a partir de la Edad Media que la lucha no sólo se
reglamenta sino que se hace más técnica, existiendo escuelas de lucha con
diferentes técnicas marciales.
Con el tiempo, lo que comenzó siendo un espectáculo para nobles, realizado por
luchadores profesionales, se trasvasó al pueblo, pues bajo beneplácito real la
lucha se convirtió en un espectáculo público. Ello hizo que los
"mozos" -como normalmente se denominaba en España a la juventud
masculina hasta hace muy poco tiempo- se interesaran cada vez más por este tipo
de competición, pues con ello podrían demostrar su fuerza y gallardía ante los
nobles del lugar y conseguir dádivas y honores.
Todo ello dio como resultado varias "escuelas" de lucha española, según la comarca en que se hallaban, con reglas diferenciadoras, aunque a veces se realizaba alguna competición con reglas comunes para todos los luchadores; incluso se llegaron a celebrar frecuentes campeonatos de lucha por toda Europa, tanto nacionales como internacionales, aunque hay que reconocer que los campeonatos internacionales más famosos eran los que enfrentaban a Francia e Inglaterra.
La demostración de que en Europa se venga desarrollado la lucha reglada desde la Edad Media, viene dada por los miles de grabados y dibujos de la época que aún se conservan. Incluso existe un libro de texto con bastante técnica llamado "Ringer Kunst", escrito en 1539 por Fabian Von Auerswald.
Como dato curioso diré que la actual lucha olímpica, la lucha grecorromana, no
es ni griega ni romana, su origen hay que encontrarlo en las competiciones de
lucha medieval que se continuaban haciendo hasta el siglo pasado en Francia y
Finlandia.
En España existía una gran afición a la lucha y una gran riqueza técnica, que
por desgracia casi ha desaparecido, tan sólo existen vestigios de lucha
autóctona en unas pocas comarcas españolas: León y Canarias; el porque es
sencillo, la juventud empezó a ver un tipo de competición más atractiva en la
lucha grecorromana, introducida en España a partir de finales del siglo pasado,
y en la lucha libre olímpica; en la actualidad las artes marciales orientales
han llenado el hueco dejado por las artes marciales autóctonas, aunque, como ya
apunté, aún se siguen celebrando veladas de lucha canaria y de lucha leonesa.
LA LUCHA LEONESA.
Este
tipo de lucha se remonta a la época prerrománica, se tienen noticias de que los
primeros pobladores de España, los cántabros y astures, ya usaron un tipo
parecido de lucha en sus guerras contra los invasores celtas. Gracias a la
especial geografía del norte de España el conocimiento de la lucha no
desapareció, y los guerreros de estas comarcas siguieron usando su estilo de
combate contra los romanos, los árabes y, posteriormente, contra los soldados
de los reinos de Navarra y León. Con la unificación española, realizada por los
Reyes Católicos, los practicantes de la lucha norteña empezaron a competir
contra los luchadores "deportivos" que se preparaban para deleite de
los nobles, venciéndoles en casi todas las competencias.
Esta modalidad de lucha, como se ve, nació por la necesidad de los campesinos y
pastores del norte de España de poderse defender de los invasores, es una lucha
nacida en el seno del pueblo como un arte marcial de autodefensa, es en los
últimos tiempos que se ha convertido en deporte de pleno derecho.
Las competiciones, llamadas "aluches" se practican en toda la
provincia leonesa, y hasta principios de siglo no se reglamentaron. Hasta estas
fechas existían distintos estilos de lucha leonesa, con técnicas bastantes
diferenciadas, pero con la reglamentación se comenzó la unificación técnica,
existiendo actualmente una sola modalidad de lucha, las cuales se desarrollan
en aluches celebradas en las romerías y en las fiestas patronales de los
pueblos, las cuales atraen a luchadores de toda la comarca.
Los aluches se celebran en los llamados "corros de aluche", que no
tienen unas medidas delimitadas y que se intenta que tenga un piso de hierba o,
en su falta, de arena, para amortiguar las caídas.
Los luchadores van descalzos, vistiendo una camiseta corta de tirantes y un
pantalón corto atado a la cintura por un estrecho fajín; la parte inferior de
la camiseta va por dentro del pantalón.
Aunque antiguamente esta modalidad de lucha permitía los golpes, las presas, y
todo tipo de técnicas ofensivas, a partir de finales de la Edad Media estas
técnicas empezaron a desecharse para evitar daños innecesarios, ya que ya había
perdido su faceta de autodefensiva y quedándose tan sólo como un deporte/espectáculo
que servía para animar los festejos de los pueblos. Actualmente la
reglamentación es muy sencilla y clara, se debe hacer caer al contrincante
quedando en vencedor de pie; para ello se realizan técnicas muy variadas de
desequilibrio a las que los luchadores tradicionalmente llaman
"mañas".
Las mañas más comunes, denominadas por un argot propio, son las siguientes: la
cadrilada, la media vuelta, el sacar a vueltas, la mediana, el falsear la
mediana, el tres pies, etcétera
LA LUCHA CANARIA.
La
llamada lucha canaria se practica sólo en estas islas, y es completamente
autóctona, pues ya la practicaban los primitivos guanches antes de la llegada
de los españoles en el siglo XIV. Se cree que este tipo de lucha fue
introducido en las Islas Canarias por los piratas cartagineses, pero es algo
que no está plenamente probado.
Esta interesante modalidad de lucha, aunque en la antigüedad era de tipo
cruento, con el tiempo devino en una modalidad de juego recio y viril, en el
que los jóvenes podían hacer gala de su fuerza y destreza.
Las competiciones, llamadas "luchadas canarias", se realizan en un
círculo de unos diez metros de diámetro con piso de arena -o en su caso
acolchado-, al que tradicionalmente se le denomina "terrero", y no
existen categorías por peso como en otros deportes de combate, todo ello viene
obligado por la tradición, que marcaba la regla de que no importaba el
adversario, lo que importaba la habilidad del luchador, y si la habilidad era
buena a este no debería importante ni la talla ni el peso del contrincante para
vencerle.
Los luchadores van descalzos, llevando como única vestimenta una delgada camisa
de tejido fuerte de manga corta, los faldones de esta van metidos dentro de un
pantalón corto de tejido fuerte, que se remanga hasta la ingle para que ofrezca
más resistencia a los agarres y no se rompa con facilidad.
En el combate no está permitido ningún tipo de golpe, presión, luxación, ni
presa, ya que el objeto de la lucha canaria es simplemente hacer caer al suelo
al adversario, procurando siempre que el golpe no sea violento, ya que desde
hace siglos es un deporte noble y caballeroso, por eso siempre se suelen
celebrar las competiciones sobre arena, para que esta amortigue el golpe de
caída. En caso de que los dos contrincantes tocasen el suelo en la caída, el
que toca antes tierra es el que se considera vencido.
Las técnicas más eficaces y usadas en la luchada canaria son las de agarre a la
pechera de la camisa, a las corvas, a los tobillos, o al bajo del pantalón,
para poder tener punto de apoyo y provocar el desequilibrio del adversario,
para lo cual se realizan diversas técnicas de zancadilla y proyección. Las
diversas técnicas están ampliamente codificadas y regladas, y tienen una
denominación propia que no aparece en ninguna otra modalidad de lucha, por
ejemplo: la chascona, la tronchada, el traspiés, la pardelera, el cango
chascón, la revoleada, la atravesada, el remolino, etcétera.
FINAL.
Lo que es una verdadera pena es que estas artes marciales autóctonas no tengan
una mayor expansión, pues la técnica que encierran en la lucha cuerpo a cuerpo
de pie es muy buena, aunque hay que reconocer que limitada, pues no tienen
golpes, ni luxaciones, ni presas, ni lucha en suelo, etc, pero es un buen
complemento para muchas artes marciales y deportes de contacto, que adolecen de
esta parte técnica.
Lo que más me entristece es que el aluche leones casi ha desaparecido, un
antiguo arte marcial con dos mil años de antigüedad y español que en menos de
un siglo va a acabar perdiéndose en el tiempo, una verdadera pena; aunque
debemos dar gracias que la luchada canaria todavía tenga seguidores y
practicantes. De seguir así, a mediados de siglo al menos todavía habrá un arte
marcial autóctono en España, aunque no peninsular.
F. Javier Hernández.
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