Yueh Fei tiene una gran importancia dentro de la historia de las Artes Marciales; gracias a sus ansias de conocimiento y experimentación el Kung-fu dio un gran paso hacia adelante en efectividad y belleza al ser el fundador de varios estilos marciales chinos.
INTRODUCCIÓN.
Los conocimientos marciales de Yueh Fei fueron resultado del contexto histórico
en el que estuvo encuadrada su vida, por lo tanto, haré un poco de historia a
modo de introducción.
El
comienzo del siglo X vio en China el ocaso de los T'ang, una Dinastía que
extendió las fronteras de China hacia el oeste y el norte. Con su desaparición
acaba un período de esplendor en la historia china, ya que la unidad del estado
chino se desmiembra, entre el 907 y el 960, por una época de caos político
conocido con el nombre de las Cinco Dinastías, cuyo final coincide con el Nuevo
Imperio y la entrada en el poder de la Dinastía Sung, que reestablece
nuevamente la unidad de China, aunque con menos vigor que los anteriores T'ang
en su época de grandeza, pues el Imperio Sung carecía de poder militar,
excepción hecha de algunos grandes militares como Yueh Fei; en cambio, fomentó
las artes y renovó la cultura.
Medio
siglo antes del establecimiento de esta nueva dinastía, las tribus nómadas de
los tártaros de Juchen y Kitán -llamados "la Horda de Hierro" por lo
difícil de vencer y lo compacto de sus filas- habían amenazado la frontera y
desde el 907 controlaban parte del norte de China fundando la dinastía Laio;
los Sung no pudieron expulsar a estos invasores, por el contrario los tártaros,
comandados por Gengis Kan, llegan a controlar la totalidad del norte y oeste de
China, fundando, en el año 1125, la dinastía tártara Chin y obligando a los
Sung a descender al sur.
En esta época la popularidad de las artes marciales era muy importante y se debía al peligro en que vivían las gentes sencillas, ya que la inseguridad se debía, además de por los bandoleros y salteadores de caminos, a los hijos de la guerra, esto es, a los invasores tártaros y a los desertores del ejército imperial, los cuales se convertían en bandoleros más peligrosos que los habituales ya que estos tenían un entrenamiento marcial muy bueno. Por todo ello, no es de extrañar que los campesinos y artesanos buscaran en los diferentes estilos de defensa personal la fórmula para salir ilesos cuando fuesen atacados.
En
esta terrible época nace y crece un hombre que demostró a lo largo de toda su
vida tener una gran pureza de espíritu, y que nunca se apartó de sus ideales de
bondad, honestidad y lealtad, además de ser un valiente y astuto general que
venció hábilmente a los enemigos de su patria; me refiero, lógicamente, a Yueh
Fei, el que sería llamado "El Invencible".
EL NACIMIENTO DE UN HÉROE.
El
día 15 de febrero de 1103, en la localidad de Tang Yang Hsien, de la provincia
de Honan, la mujer de un modesto funcionario imperial del clan Yueh da a luz un
niño; según la tradición oral que nos ha llegado en el momento en que este
nacía ocurrió algo muy extraño: un pájaro grande y fuerte, llamado en China
Perng voló por el techo de la estancia haciendo un ruido ensordecedor. El
marido de la parturienta notó que la presencia del ave era un presagio para su
hijo, por lo que puso a su hijo el nombre de Fei, que en chino significa
"volar", pero no contento con esto contactó con un feng shui, un
monje taoísta versado en el arte de la adivinación, para que le desvelara el
porvenir de su hijo.
Cuando
el feng shui recibió el encargo empleó el método de adivinación I-Ching para lo
cual empleó las tradicionales sesenta y cuatro varillas. El resultado de la
operación le dio el hexagrama Khien lo cual le sorprendió grandemente, ya que
este hexagrama representa el Principio Generador, la Fuerza Invencible, al ser
la unión de dos trigramas Khien; todo ello indica que el nacido bajo estos
signos es el hombre superior, recopilador de todas las virtudes. Todo ello
indicaba que el destino del recién nacido era la gloria y el honor más grandes.
Para
confirmar la adivinación, el feng shui recurrió al método más antiguo de
adivinación del que tenemos noticia, aplicó una varilla de metal al rojo vivo
sobre el caparazón de una tortuga, para luego descifrar las grietas causadas
por el intenso calor con el I-Ching.
Una
vez confirmado el destino del recién nacido el feng shui decidió estudiar las
manos del recién nacido en busca de signos. Los signos hallados en la mano Fei
son los más raros de la técnica de la adivinación por el estudio de las manos:
"la hoja de sauce" que presagia una vida llena de honores y altas
posiciones oficiales; "la escala de jade" que da valor, sagacidad y
dones intelectuales; "el ojo de la doctrina" que anuncia una
naturaleza mística; "la escalera imperial" con promesas de gloria y
de riqueza. Pero el quinto de los signos era un mal presagio: el cadáver de un
joven guerrero muerto prematura y violentamente debido a una traición.
Oída
por el padre de Yueh Fei el parte de la adivinación hecho por el feng shui,
este creyó que su hijo llegaría a ser el prefecto de la zona, pues era el mayor
honor que él podía concebir, por lo que se propuso poner todos los medios a su
alcance para que su hijo estudiara con los mejores preceptores de la zona.
Pero
estos deseos no pudieron verse reflejados en la realidad pues, tan sólo un mes
después del nacimiento de Yueh Fei, ocurrió una terrible desgracia para la
familia: el desbordamiento del río Amarillo, que anegó toda la comarca y
destrozó pueblos y cultivos. La madre de Fei pudo salvarse a si misma y su hijo
refugiándose en una gran urna, la cual sirvió como barca y llevó a madre e hijo
a lugar seguro. Cuando las aguas volvieron a su cauce la familia Yueh vio como
todas sus propiedades habían sido arrastradas por la furia de la riada y había
quedado completamente arruinados.
Esto
no bastó para que la familia Yueh cejara en sus ambiciones de que Fei llegara a
ser en el futuro el prefecto que creían que llegaría a ser por la adivinación
hecha en su nacimiento. Aunque la familia ya no tenía medios con los que pagar
una buena educación a Fei, aún quedaba una última solución: como la madre de
Yueh Fei había tenido muy buena educación en su juventud, se convirtió en su
maestra hasta que la familia tuviera el suficiente dinero para costearle los
estudios.
Esto
fue muy bueno para Yueh Fei, pues su madre le educó inteligentemente con los
más nobles ideales: valentía, honor, lealtad, bondad y honestidad. Sin el
ejemplo y las enseñanzas de su madre, Yueh Fei no hubiese llegado nunca a ser
el héroe que con el tiempo llegaría a ser.
JUVENTUD DEL INVENCIBLE YUEH FEI.
Para
poder subsistir y ayudar a las cargas de su familia, Yueh Fei, desde su más
tierna juventud, trabajó como arrendatario de un terrateniente llamado Han Chi,
pero ha pesar de todas las horas de agotador trabajo en los campos, cuando
volvía a casa, Fei continuaba estudiando bajo la tutela de su madre,
convirtiéndose en un ávido lector, sobre todo de temas históricos y de teoría
militar, lo que influiría sobremanera en su vida futura. Su libro favorito fue
el Sun Tsu Bin Fa, "El Arte de la Guerra de Sun Tzu", la mayor obra
de táctica militar de todos los tiempos. En este libro aprendió el joven Yueh
los conocimientos tácticos que le hicieron ser un genio militar.
Con
el tiempo, un hombre de la ciudad -al que muchos eruditos identifican con un
monje Shaolín-, llamado Chou Tong, se dio cuenta de las admirables cualidades
que tenía Yueh Fei, un cuerpo fuerte -gracias al trabajo en el campo- con una
mente privilegiada -gracias a la educación que le estaba dando su madre-. Chou
Tong era un experto en artes marciales que estaba buscando a un discípulo en el
que verter sus conocimientos, Yueh Fei fue la elección, por lo que empieza a
enseñarle a escondidas. Las artes marciales que Chou Tong enseñó a Yueh Fei
fueron un compendio de tácticas militares, equitación, tiro con arco, manejo de
sable y lanza, y combate a manos desnudas, enseñándole todos los ardides y
tretas, más o menos recomendables, para deshacerse de cualquier adversario
endurecido. Con el tiempo, con una práctica constante, Yueh Fei asimiló todo lo
que Chou Tong le enseñó.
Tal
fue la pasión que Yueh Fei adquirió por las artes marciales que en poco tiempo
se convierte en un pendenciero, regresando a casa cada noche con las ropas
manchadas y desgarradas, ya que buscaba constante pelea en los cruces de los
caminos, generalmente con personas de más edad y más poderosos que él, con el
fin de poder practicar la efectividad de las técnicas aprendidas de Chou Tong.
Si una riña estalla en el pueblo es porque el fogoso Yueh Fei está en ello.
Cuando
el joven Yueh se convierte en un fornido adolescente, su viejo maestro le
regala una enorme alabarda de combate. Como aclaración diré que las alabardas
eran unas armas largas usadas por algunos soldados de infantería, que
consistían en largas hojas de metal engarzadas a bastones largos. El peso de esta
arma hacía difícil su uso por parte de una persona normal, por lo que se
reservaba su manejo a personas con una gran fortaleza física. Poco tiempo
después los árboles cercanos al pueblo son reducidos a un montón de astillas
con el entrenamiento exhaustivo al que se dedica el joven Yueh.
YUEH FEI EN EL EJÉRCITO.
Yueh
Fei, al cumplir diecinueve años, decidió ayudar a su patria enrolándose en el
ejército imperial Sung, el cual estaba en guerra contra los Chin del norte de
China, intentando recuperar parte del territorio perdido por los gobernantes
anteriores.
Cuando
el joven Yueh comunicó a su madre su decisión, esta le hizo un tatuaje en la
espalda con una frase que decía: Chien
Chung Pau Kuo, "se leal y puro para servir a tu patria",
que resumía el sentir y los deseos de toda la familia.
Para
Yueh Fei los primeros tiempos de la vida militar son muy duros. No siendo noble
es relegado a la infantería pobremente protegida y armada. El cometido de estos
soldados se limitaba a cavar trincheras, servir de lacayos a los señores de la
guerra y de escudo a los carros de combate en las batallas, ya que la forma de
combatir en estos años era muy peculiar: cada grupo de infantería era comandada
por un carro de combate, arrastrado por dos briosos y poderosos caballos, en
los cuales había un oficial -para dirigir su zona de batalla-, un auriga -para
conducir el carro- y un lancero -para proteger a los otros dos componentes del
equipo-; cada carro de oficiales intentaba llegar a la altura de un carro
enemigo, y los oficiales y lanceros luchaban por la supremacía de su zona de
batalla, aquel carro que ganaba se hacía con la zona en litigio y los infantes
enemigos se rendían al carro vencedor, por lo que era vital para los soldados
estorbar a los carros enemigos.
El
joven Yueh estaba totalmente desmoralizado ya que todo le estaba prohibido y la
mayor parte del tiempo se dedicaba a cuidar caballos, cuando estaba en el
campamento y en las expediciones guerreras, se hundía bajo el peso de los
equipajes y veía como la mayor parte de sus compañeros morían de agotamiento o
por malnutrición antes de llegar a combatir.
Un
día, en medio de una batalla, el carro al que estaba asignado Yueh Fei vuelca e
inmediatamente es rodeado por una multitud de enemigos. El joven Yueh, en lugar
de huir aterrorizado como la mayor parte de los soldados de su compañía, se
precipita en socorro de sus oficiales portando su vieja alabarda.
Cuando
el joven Yueh llega junto al carro accidentado, comienza a hacer girar su
alabarda despejando la zona alrededor del carro y de sus ocupantes; maneja su
pesada arma con grandes golpes y ataques circulares, apuntando a las rodillas y
a las cabezas de sus enemigos, manteniéndolos a raya hasta que llegan
refuerzos.
Este
hecho es el primer peldaño de la carrera meteórica de Yueh Fei, ya que el joven
noble al que acababa de salvar de una muerte segura no es otro que el hijo del
general Ki Ko, jefe de su guarnición. Como el lancero de acompañamiento del
oficial estaba gravemente herido, Yueh Fei queda en su puesto y, a partir de
ese momento, monta en el carro, a la derecha de su agradecido señor.
Yueh es una pálida figura al lado de los oficiales cubiertos de armaduras
brillantes y de brocado, pero esta posición de máximo honor hace que haga
prodigios: todos los carros enemigos que pasan por su lado son volcados y
destrozados.
En
el transcurso de una batalla el carro del hijo del general Ki Ko, invencible
desde que Yueh está en él, llega a la altura del ocupado por el general
enemigo, y esto marcaría otra etapa en la promoción de Yueh Fei.
Los
dos señores de la guerra intercambian palabras corteses y de saludo y se
aprestan a la lucha. El lancero del carro enemigo, Lu Wi, es considerado como
el mejor lancero de su época ya que tiene una habilidad extraordinaria y había
sido vencedor en todas las batallas. Lu Wi, viendo que Yueh Fei se encontraba
en el carro con pobres y andrajosas ropas le mira despectivamente y le escupe
desde la distancia para demostrarle de esta forma su disconformidad y
desprecio; este gesto hace que el joven Yueh tenga un furor asesino. Los dos
carros se lanzan uno contra otro en medio de alaridos. Los dos ejércitos paran
el combate para observar mejor la confrontación de sus jefes y de la cual
depende la solución de la batalla. El choque es terrible y Yueh Fei no hace cuartel,
en cuestión de segundos tres cabezas vuelan por los aires separadas de sus
respectivos cuerpos.
Ante
tal habilidad, el ejército enemigo vuelve sus talones y huye en desbandada.
Yueh Fei es llevado en hombros y ovacionado por todo el ejército hasta la
presencia del general Ki Ko. Cuando sus hijos le anuncian que le deben la vida
y que durante el combate ha vencido sobre más de cuarenta enemigos, incluyendo
al general enemigo y al mítico Lu Wi, "el lancero invencible", el
general decide nombrar al joven héroe, oficial, ofreciéndole una magnífica
espada y una espléndida armadura y proponiéndole aprender a guiar un carro con
el fin de tenerlo a su lado en los próximos combates.
A pesar del gran honor que esto suponía, ya que de aceptar estaría constantemente junto a su general en jefe, Yueh Fei dijo algo que asombró a todos los presentes: "reuso conducir un carro, siempre seré más útil manejando la alabarda como un soldado que dirigiendo caballos como un vulgar cochero". Esto provocó la carcajada general. Una franqueza tal no podía desagradar al gran general, y este le pide a Yueh que le muestre su famosa alabarda. Al verla el general no puede menos que decir: "esa alabarda no es digna de un guerrero de tu talla", y le regala una gran alabarda con una hoja de más de un metro de larga forjada con el mejor acero y afilada como una navaja de afeitar. Esta alabarda era parte del tesoro de la familia y hasta aquel momento nadie había podido manejarla convenientemente dada su gran talla y excesivo peso.
Al verla, Yueh Fei no puede contener lágrimas de agradecimiento; qué no podría
hacer ahora con el nuevo instrumento mortal. Yueh para demostrar su alegría
hace una exhibición manejando la pesada alabarda tan fácilmente como si fuera
un bastón largo. Sorprendido y agradado el general le nombra lancero de Tchang
Theu, general de la vanguardia del ejército del Pájaro Rojo. En cada batalla Yueh se cubre de gloria. Cada tarde,
en el campamento, se entrena sin descanso y prepara ataques imparables, con la
alegría de la soldadesca, la cual le anima entre grandes y jubilosos gritos de
aliento.
Yueh
Fei cree que es invencible con un arma en sus manos, pero un día ocurre algo
que le hace cambiar de táctica de combate para bien del Kung-fu: un día, en
medio de la batalla, uno de sus mejores amigos, un gran lancero al que se le
consideraba invencible, cayó de su carro desarmado y muere a manos del enemigo
con gran facilidad al no tener su lanza para defenderse. Yueh, al saber de
ello, decide que esto no le sucederá a él y crea un método de combate a manos
desnudas, basándose en la técnica del manejo de la alabarda, el bastón largo y
la lanza, al que llamó Yao Shan
Shou, que estaba indicado para salir victorioso ante cualquier ataque,
con arma o sin ellas. Este estilo todavía sobrevive bajo el nombre de Yueh Ch'uan.
Para
ver la eficacia de su estilo en el combate, Yueh, en medio de la batalla, bajó
del carro sin sus armas y avanzó hacia el enemigo, el cual quedó extrañadísimo:
"¿Adonde iba ese loco que bajaba desarmado de su carro de combate y
avanzaba hacia ellos con las manos desnudas?". En cuanto llegó a las
filas enemigas Yueh Fei se convirtió en una máquina de golpear y luxar, hasta
que las fuerzas enemigas empezaron a replegarse. Viendo la masacre causada,
Yueh Fei, volvió tranquilamente a su carro de combate entre los vítores de las
tropas Sung y el asombro de sus oficiales, tanto es así que la noticia de esta
hazaña llega hasta la capital del imperio, y al llegar a oídos del Emperador
este decide nombrarle general. Yueh Fei había finalizado el camino de soldado a
general en tan sólo seis años.
YUEH FEI "EL GENERAL
INVENCIBLE".
Lo
primero que hace Yueh Fei, al ser nombrado general, es hacer cambios en su
ejército, crea la caballería pues cree que los carros son producto del pasado
ya que son menos manejables que los caballos. Otro cambio es que obliga a todos
los que componen su ejército a practicar su método de combate.
Como
su método de combate es muy complejo decide crear un sistema progresivo y
sistemático para que fuera más fácil su aprendizaje.
Como
método de fortalecimiento y forma física recopila el Shi Pa Lo Han Sho de Shaolín,
creado por el legendario Ta Mo, y lo enseña a sus soldados como adiestramiento
cotidiano. No contento con ello, escribe el libro Patuan Ching en el cual, en doce lecciones, explica el
desarrollo de una serie de movimientos de tensión y relajación, algo parecido a
los ejercicios isométricos. Todo ello le llevó a perfeccionar las técnicas de
desarrollo del Chi y a desarrollar un método de combate interno al que
llamaría Hsing I Ch'uan, o
"Boxeo de la Mente".
Por
otro lado, desarrolló ciento ocho maniobras de agarre e inmovilización a las
que denominó con el nombre genérico de Chin Na, y que más tarde usaría para desarrollar otro estilo
marcial, el Yin Hao Ch'uan,
o "Boxeo de la Garra del Águila".
Con
todo ello forma una nueva forma de lucha y boxeo que Yueh Fei implanta entre
sus oficiales, haciendo extensivas estas a la tropa en cuanto aquellos se
encontraron en condiciones de actuar como instructores de los soldados.
El
emperador Sung, viendo estas reformas en el entrenamiento marcial de los
soldados realizados por el joven general, decide hacerle comandante en Jefe de
todo su ejército, asignándole la misión de expulsar a los usurpadores Chin de
las comarcas Sung.
Al
principio Yueh Fei encuentra que a los nobles y oficiales de su ejército no les
hace ninguna gracia la forma de pensar ni de dirigir que tenía Yueh Fei, es
más, les sienta mal esta nueva concepción del combate cuerpo a cuerpo ya que
rompe con todas las reglas establecidas, y sobre todo, lo que peor les sienta
es que tengan que aprender el combate a manos desnudas para enseñárselo a la
tropa, a vulgares soldados.
Como
el general Yueh tenía carta blanca en el asunto manda decapitar a cuatro nobles
que se habían negado a sus designios para dar ejemplo con ello; con este gesto
el propio Emperador se encoleriza, pero Yueh Fei encuentra todo el apoyo de su
ejército.
Después
de varios meses de entrenamiento intensivo el ejército del General Invencible,
conocido desde ese momento como Yueh Gar Chun ("Tropa de la familia
Yueh"), no contento con reafirmar el territorio sureño de los Sung, se
dirige hacia el norte, por propia iniciativa de Yueh Fei, con el fin de
devolver el honor a los Sung, ya que estos en ciertos territorios debían pagar
tributo a los Chin.
LA GUERRA CON LOS CHIN.
Los
Chin eran traicioneros y crueles y, cuando el campamento duerme, atacan a los
desarmados soldados de Yueh. El entrenamiento a manos desnudas es el que logra
victoria tras victoria en estas circunstancias contra los Chin armados los
cuales siempre acaban por huir y Yueh hace que se les persiga con la caballería
armada con arcos.
En
cierta ocasión, un gran contingente de soldados Chin ataca al descubierto y el
ejército de Yueh Fei lo destroza de tal manera que ese día mueren más de diez
mil soldados Chin.
Siempre
son barridos los soldados Chin gracias a los métodos poco convencionales de
Yueh Fei: a veces hace lanzar carros ardiendo contra la masa atacante haciendo
que en el enemigo haya una gran confusión, otras veces hace desviar un río para
que sus aguas inunden el campamento enemigo, les hace emboscadas, etcétera.
También
crea un par de armas específicas para acabar con los caballos que tiraban de
los carros de combate, pues al estar estos totalmente acorazados con armaduras
protectoras no se les podía parar, tan sólo se podía intentar volcar el carro
atacando a las ruedas, pero esto tenía como resultado que los carros quedaran
destrozados y no pudieran ser usados después por las tropas vencedoras. Yueh
Fei, pensó que, si acababa con los caballos, los carros quedarían inutilizados,
pero aún aprovechables tan sólo cambiando los caballos de tiro, por lo que
decidió que la mejor forma de acabar con los caballos era atacando las patas de
estos. Las dos armas ideadas por el general Yueh fueron: una espada que
terminaba en gancho y un escudo hecho con un arbusto parecido al junco llamado
"tern", por lo que a esta división de su ejército se le denominó:
Tern Pai Chun, "La Tropa del Escudo de Junco".
La
manera de usar estas dos armas era muy imaginativa: los soldados se acostaban
en el suelo cubiertos por los escudos previamente engrasados, y esperaban
pacientemente que los carros llegaran. Cuando avanzaban los carros, los
soldados se dedicaban a cortar las patas de los caballos, haciéndoles caer, con
la seguridad de que los equinos no los aplastarían ya que resbalaban sobre los
escudos engrasados; con que un caballo quedara inutilizado el carro quedaba
parado e indefenso, ya que el resto de los soldados Sung acababan con los que
estaban dentro.
Las tropas de Yueh Fei continuaron avanzando hacia el norte, recuperando poco a
poco antiguos territorios chinos, y venciendo a generales Chin tan famoso como:
Hu Ta Wang, llamado "El Gran Rey de los Tigres", y Lung Ta Wang,
"El Gran Dragón".
Tales
son las victorias de las tropas de Yueh Fei que en 1138 llegan ante la
amurallada ciudad de Kai Feng la cual está muy bien defendida. Para evitar
muertes innecesarias Yueh Fei propone al general Chin que escoja un campeón
entre sus huestes, si vence este campeón la ciudad quedará libre, si pierde la
ciudad debería rendirse sin represalias por su parte. El general Chin acepta y
manda a su mejor combatiente, Chang Tai. El general sabe que Yueh Fei iba a
vencer con seguridad a su mejor hombre y por ello soborna al primer ministro
Sung: Chin Kua, y a cuatro oficiales resentidos de Yueh Fei.
Yueh
mata a su adversario y fatigado por el combate se retira a descansar a su
tienda, en la cual le está esperando una orden imperial pidiéndole que deje
todo y regrese a la corte; Yueh no está dispuesto a obedecer, pero cuando
recibe en el mismo día once órdenes más selladas con el sello imperial, no le
queda más remedio que obedecer, dejando a su ayudante de campo: Niu Gao, como
encargado de entrar triunfante en la ciudad Chin.
En
cuanto Yueh Fei, se pone en camino, los cuatro traidores encadenan durante la
noche a Niu Gao y lo entregan en secreto a los Chin. Al amanecer el cuerpo de
Niu Gao es arrojado por encima de las murallas y el ejército de Yueh Fei
comprende que ha sido traicionado. Sin comandante y desorientado hace unos
asaltos a las murallas, pero son ineficaces. Cuando se conocieron los hechos
poco tiempo después, los cuatro traidores serían asesinados por las enfurecidas
tropas.
Mientras,
Yueh Fei regresaba confiado a su patria, sin saber nada de estos desgraciados
hechos. Cuando llega a la corte es detenido inmediatamente junto a su fiel
servidor Chang Shien, ya que Chin Kua había convencido al emperador Sung de que
Yueh Fei había iniciado la guerra contra los norteños Chin como gloria
personal, y no como representante suyo.
Yueh
Fei estará tres años en prisión, mientras que un oficial, llamado Ho Juh, se
encargaba de iniciar una investigación que acabará con el prestigio del general
Yueh y encontrará pruebas de su traición. Al no encontrar ninguna prueba
inculpatoria, pues Yueh Fei jamás había abusado jamás de su posición con malos
fines, Chin Kua, viendo que la detención del fiel Yueh podría volverse contra
él, ordena que sea envenenado.
Yueh
Fei, "El Invencible", muere víctima de las maquinaciones de un
traidor compatriota, el día 7 de enero de
La
pequeña villa de Hang Zhou, junto al hermoso Lago del Oeste (Shi Hwu) se
enorgullece de poseer la tumba y los restos mortales del gran general Yueh Fei.
Delante de la tumba están las estatuas de piedra del traidor Chin Kua y su
esposa, que adoptan una posición arrodillada de vergüenza y arrepentimiento.
Cada visitante chino que llega a venerar la tumba del gran héroe tiene la
costumbre de arrojar piedras, palos y demás objetos sobre estas estatuas, y hay
que renovarlas periódicamente ya que cada cierto tiempo amanecen destrozadas.
El
espíritu de Yueh-Fei sigue en el corazón de todos los artistas marciales.
F. Javier Hernández Pérez.
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