sábado, 7 de octubre de 2023

CRÍTICA SOBRE: "LOS CINCO ELEMENTOS EN LA PRÁCTICA MARCIAL".

 


Os presento la excelente crítica que hizo sobre esta obra Benjamín Reyes, Doctor en Medicina y Maestro de Kárate; licenciado en Medicina por la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid y por la Facultad de Medicina Tradicional China de la Universidad de Beijing, miembro de la Comisión Técnica de Special Olimpics (la organización deportiva internacional que organiza los Juegos Olímpicos Especiales, esto es, los realizados para los deportistas con discapacidad intelectual) y de la International Federation of Sports Medicine (la organización que tiene como principal objetivo promover el estudio y desarrollo de la Medicina Deportiva por todo el Mundo), entre otros muchos organismos de carácter internacional. También fue miembro del servicio médico durante el desarrollo de la Olimpiada Especial para Deficientes Psíquicos en los Juegos Olímpicos, en su edición de Barcelona’92. El Doctor Benjamín Reyes, además de ser un excelente profesional de la Salud, y un experto en todo lo referente a la Medicina Tradicional China, es Maestro en Karate Seidokai, ostentando el grado Renshi (“persona pulida”, término con el que se designa a aquellas personas que se encuentran en una categoría magistral dentro de un arte, con un grado mínimo de Cinturón Negro Sexto Dan), con una trayectoria de enseñanza marcial de casi cuarenta años.

 


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Si tuviéramos la cultura ancestral que en gran parte de oriente se tiene sobre el yin y el yang, las interacciones, generaciones y dominaciones de la madera, el fuego, la tierra, el metal y el agua, seguramente gran parte de este libro sería innecesaria.

La verdadera aportación reside en el análisis de las actitudes mentales, los recursos técnicos y las evoluciones marciales de muy diferentes consideraciones que quedan englobadas en las ideas y conceptos de los cinco elementos. Un enfoque muy interesante y valioso.

El libro es un tratado teórico que he tenido la fortuna de ver en aplicaciones técnicas en diferentes cursillos y ponencias, y cuya eficacia he podido constatar a nivel práctico.

 


Sé también, por la experiencia durante mis años en la facultad de Medicina Tradicional China de Pekín, que los conceptos esenciales de la cultura en oriente nos son muy desconocidos y requieren de un minucioso estudio. Ese mismo estudio que en gran profundidad manifiesta esta obra en sus definiciones, planteamientos y rigor conceptual. 

Comentar que en el capítulo once sobre la energía que luego se enlaza con los principios técnicos básicos, me hubiera gustado la insistencia en que todas las fases están en constante movimiento e intercambio. No sea que alguno piense en ideas estáticas cuando considere la energía… y acabe con un mal de ascenso o estancamiento patológico de Chi…

Me permito aconsejar una lectura calmada sobre todos estos conceptos –necesarios– que tan densamente ha resumido el autor en esta obra. Parecen inicialmente abstractos, pero, paciencia, a lo largo de la obra se irá entendiendo el porqué de cada capítulo.

El arte generalmente conocido como Kung fu, el Tai Chi (en todas sus variantes), el Chi Kung (en sus millones de formas), el Feng Shui, las obras clásicas como el Libro del Emperador Amarillo, el Sun Tzu, el Libro de Los Cinco Anillos, y todo un largo etcétera, no pueden entenderse sin los conceptos de los cinco elementos y del yin / yang.

Aprecio que, en el libro, todas estas artes y técnicas, los grandes clásicos de la literatura y ciencia oriental, están perfectamente entrelazados y relacionados. 

Excelentes las consideraciones que hacen alusión al Taoísmo y menos, lógicamente, al Budismo, en las que apreciamos la importancia de la cultura de los cinco elementos en la vida y en la vivencia.

Es absolutamente inevitable, como dicta la tradición, que quien conozca las artes de muerte también conozca las artes de curación. La relación entre las artes marciales chinas y la medicina tradicional china es tan estrecha que, como también ocurre en el libro, se infiltran la una en la otra. Ese, a mi entender, es el espíritu de las verdaderas artes marciales chinas (y debería serlo en todas, cualquiera que sea su procedencia): entender el organismo en su conjunto para evitar el daño sabiendo causarlo.

He buscado algún error conceptual o aspectos discutibles en las rotundas afirmaciones que he encontrado en el libro con el fin de generar alguna polémica y despertar el debate entre los lectores. No he podido por menos que aceptar la rotundidez como absolutamente cierta y necesaria. Supongo que, por la dificultad conceptual, el lector neófito encontrará aparente exceso de terminología y complicadas asociaciones entre términos e ideas. No puede ser de otro modo; conviene haber entendido y procesado conceptos previos para seguir correctamente la trama de la obra. Esa es la dificultad del occidental al enfrentarse al apasionante mundo oriental.

Como estudiante de artes marciales japonesas, quiero agradecer especialmente la consideración sobre el mundo cultural chino y japonés, no estableciendo diferencias ni separaciones. Después de todo, es la misma base cultural y filosófica, pero con algunos matices que algunos utilizan burdamente para resaltar y darle más valor a una cultura como diferente de la otra.

Seguiré disfrutando de las cualidades mentales y físicas, de las trayectorias, de los movimientos, de las direcciones, de las defensas, de las aplicaciones de los ciclos…, no sin antes agradecer la generosidad con la que nos honra Javier Hernández compartiendo sus años de trabajo y experiencia a través de este libro que no puede faltar en la biblioteca para la reflexión y estudio de quien quiera profundizar en las Arte Marciales.

 

Benjamín Reyes.

 

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Muchas gracias, amigo Benjamín, me complace mucho tu crítica.

 

El texto del doctor Reyes también se publicó con anterioridad en la revista venezolana de artes marciales “Maestros del Bushido”, en su número de marzo de 2020, y también ha sido difundida a través de Internet en las siguientes páginas: Taekwondo Radio” (el día 29 de febrero de 2020), y Blog “Kung Fu Ming Ch’uan Chai T’ien” (el día 4 de mayo de 2020).

 

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