sábado, 2 de septiembre de 2023

EL ESTUDIO DEL TAO.

 

Este texto fue el primer artículo que logré publicar en una revista profesional de artes marciales. Fue en el número 74 de la revista “El Budoka”, hace ya casi cuarenta y cinco años, bajo el título: “Introducción al Estudio del Tao”. Espero que te guste a ti leerlo tanto como me gustó a mí escribirlo. Este fue el primero de una carrera que no ha dejado de crecer y enriquecerme anímicamente.


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La doctrina taoísta es la base de innumerables estilos de Kung-fu, siendo su estudio fundamental para poder comprender las fuerzas que componen el universo y para conseguir una de las finalidades últimas del Kung-fu: la canalización de la energía para que lo débil venza siempre a lo fuerte.

 


LAO TSE Y SU “TAO TE CHING”.

La doctrina taoísta nace con un antiguo pensador chino del siglo VI a.C al que llamaron de diferentes maneras: Lao Tsé, lo que traducido sería algo como "Anciano Maestro" (en otras transcripciones se puede encontrar este nombre como Lao Tzu o Lieh Tzu), Li Tan ("Orejas Largas"), Li Ar ("Orejas de Ciruelo"), etcétera.

De Lao Tsé, históricamente hablando, no se sabe casi nada, pues siempre que se habla de él entramos en el terreno de lo legendario, pero parece ser que fue bibliotecario en el Estado de Chow, que en su juventud visitó la India, y que basó parte de sus enseñanzas en el antiguo “I-Ching” o "Libro de las Mutaciones", el cual data de una fecha muy anterior a Lao Tsé, posiblemente fue escrito en el siglo XV antes de Jesucristo, siendo considerado como el libro más antiguo creado por el Hombre.

  


Lao Tsé, antes de partir hacia occidente (hacia donde se esconde el Sol, esto es, la muerte), dejó sus enseñanzas en un libro llamado “Tao Te Ching ("El Libro del Poder y del Camino"), el cual, tradicionalmente, se cree escrito por el guarda-fronteras Yin Hi, de boca del propio Lao Tsé, aunque hay eruditos que creen que fue escrito varios años después por monjes taoístas, los cuales, dándole este tinte misterioso y antiguo, lo avalaban; en todo caso el libro es un compendio de enseñanzas que nos sirven para comprender el mundo, las personas y a nosotros mismos.

Es un libro muy corto, se puede leer en un par de horas, pero para llegar a comprenderlo plenamente se necesitan años de intenso estudio, pues en una sola frase se puede encerrar una biblioteca entera de conocimientos. Esto se explica con el hecho de que un ideograma chino se puede traducir de muy diversas formas; por ello yo os aconsejo que para intentar llegar a comprender lo que ¿Lao Tsé? intentó enseñarnos, debéis leer y estudiar varias traducciones distintas (y al mismo tiempo válidas), ya que cada una de ellas os hará comprender algo que en otras traducciones no habéis podido hacerlo, o, por otra parte, os ampliará la visión y la comprensión de algo que creíais haber comprendido ya.

 

LAS ENSEÑANZAS TAOÍSTAS.

La doctrina taoísta se basa fundamentalmente en la dualidad yin-yang y en el wu-wei (el "no hacer–en realidad: “el no forzar”-), junto al tzun jan (la espontaneidad), para poder conseguir estar en armonía con el Tao, esto es, estar en armonía con el cosmos, con todo y con todos.
Este Tao (pronunciado Do en japonés) correspondería más o menos al Nirvana hindú.

 

La dualidad yin-yang.

La dualidad yin-yang la encontramos en todos los aspectos del universo, ya que fundamentalmente sólo encontramos en este contrarios que se complementan: vida-muerte, masculino-femenino, alto-bajo, bello-feo... Incluso en el aspecto temporal solo existen dos aspectos: pasado-futuro, ya que en realidad el presente no existe, es tan sólo una frontera convencional que en realidad es inexistente.

Para que una cosa exista también debe existir su contrario pues, por ejemplo, si sólo existiera el frío, y no se pudiera comparar con el calor, el frío sería el orden natural de las cosas, lo natural, con lo que ni siquiera se le pondría nombre, ni tan siquiera existiría el concepto de frío.

A la dualidad yin-yang se la suele simbolizar con un círculo dividido en dos partes iguales y de distinto color, conteniendo dentro de sí cada una de estas partes un punto de color contrario, simbolizando de esta forma que todo lo existente tiene dentro de sí la semilla del contrario, ya que sin ese contrario ese ser o concepto no tendría razón de ser.

Este símbolo, al ser uno de los pilares del taoísmo, aparece siempre que se habla de estas enseñanzas, y muchas en las que se habla de artes marciales chinas, ya que muchas de éstas se basan en las doctrinas taoístas y en sus enseñanzas. En los últimos años, dada su sencilla y peculiar belleza, se ha comercializado mucho este símbolo, por eso siempre que se vea no debemos relacionarlo con el taoísmo, sino sólo después de ver esa relación, si es que existe.

La suma de yin-yang forman la armonía, el tai, que compone todo lo existente, ya que, como ya he indicado, nada es totalmente yin o totalmente yang, hay una mezcla íntima de las dos fuerzas. Como se dice en el Tao Te Ching: "Al principio existía el Uno, cuando se hizo presente apareció el dos, el tres es la Madre de Todas las Cosas". Esto significa que al principio solo existía el Tao, el Todo, cuando se hizo presente en la realidad, tal y como la conocemos, el Tao se dividió en el yin y el yang, esto es, en dos fuerzas completamente puras y contrarias, las cuales, al unirse íntimamente, formaron una tercera fuerza, suma de las otras dos, el tai, la armonía, la cual forma la base de todo lo existente.

Aunque se habla siempre de contrarios cuando se habla de la dualidad yin-yang, esto no es del todo cierto, en un principio, cuando el Tao se hizo presente, si eran contrarios, al estar estos en su estado más puro, sin mácula del contrario, pero cuando formaron todas las cosas del universo, estos contrarios en realidad se convierten en complementarios, para poder formar el tai y con ello todo lo existente. Estos dos elementos, yin y yang, al complementarse forman al mismo tiempo un surgimiento mutuo (el llamado hsiang sheng) pues, como ya he explicado, cada uno de ellos tiene la semilla del contrario dentro de sí, y de ahí surge el contrario/complementario, con ello se comprende que nada ocurre exactamente de la misma manera, pues cada momento puede tener más elemento yin que yang o viceversa.


Los conceptos wu-wei y tzu-jan.

Otro pilar básico sobre el que descansa el taoísmo es el "no-hacer" (wu-wei) y la espontaneidad (tzu-jan). Esto quiere decir que cuando se practica esta forma de vida, al no hacer nada, nada quedar por hacer, pero ¡ojo! esto no se debe seguir al pie de la letra, ya que es más profundo de lo que a simple vista pueda pensarse. Este "no-hacer" es el no dejarse perturbar por nada, ya que si no hacemos caso a lo que pudiera intranquilizarnos, esto desaparece. Por ejemplo: si hemos realizado un examen y aún no sabemos el resultado de este, no debemos preocuparnos, pues si hemos superado la prueba nos habríamos preocupado en vano, y si no la hemos superado ya tendremos tiempo de preocuparnos, y ni aún así, ya que la preocupación y el desespero no arreglan nada, lo que se tendría que hacer es prepararse mejor para la próxima prueba.

El wu-wei es también el dejarse arrastrar por el fluir de la existencia sin agarrarnos a ideas materiales, ya que si nos agarramos la fuerte corriente nos puede desgarrar las manos y arrastrarnos a la fuerza, esto es, si nos aferramos a falsas convicciones y a falsos modelos de vida, vamos en contra de la corriente y eso nos puede hacer chocar contra el fondo; hay que ser como el agua, que fluye y se amolda a todo. Practicar el wu-wei no es otra cosa que ser espectador de lo que nos rodea e incluso de nuestra propia existencia, es “no-forzar” lo que hay en el exterior.

La espontaneidad (tzu jan) es una nota que se une a la de "no-hacer". Al practicar el wu-wei hay que ser espontáneo, ya que si esta espontaneidad no existiera el wu-wei tampoco existiría. La falta de espontaneidad es señal de que se ha actuado. Wu-wei y tzu jan son las dos caras de una moneda, no puede existir una sin la otra, esto es, se complementan, tal y como hacen el yin y el yang, pero a distinto nivel. La dualidad yin-yang está en un nivel físico y de movimiento, mientras que la dualidad wu-wei y tzu-jan se encuentra a un nivel más espiritual y mental, es más bien una disposición del espíritu, aunque también se puede traducir en movimiento, y de hecho algunas artes marciales chinas se inspiran en todos estos principios para crear principios de combate.


FINAL
Aunque tan sólo he hecho un pequeñísimo esbozo, podéis comprobar que el estudio del Tao puede ser difícil y un poco arduo, pero si lográis comprender esta filosofía de vida, esta forma de sentir, vuestra evolución como personas y como artistas marciales dará un gran salto hacia adelante en poco tiempo. El arduo camino que es el estudio del Tao no debe asustar a nadie, ya que, como dice el “Tao Te Ching”: "todo camino, por largo que este sea, comienza por un paso", y yo agrego, "y ese paso debe darse y ser el inicio de un largo camino de conocimientos que no tiene fin".


Termino con el contenido del primer capítulo del “Tao Te Ching”: "Tao k'o tao, fei ch'ang Tao" que significa "El tao que puede ser explicado no es el verdadero Tao", lo cual quiere decir que cada persona debe encontrar su Tao y su camino hacia él, lo demás sólo pueden encaminarle.

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