Las Formas se realizan en todas
las Artes Marciales conocidas y constituyen la quintaesencia de dichas artes,
siendo nombradas con diferentes nombres dependiendo del idioma empleado; por
ello, en japonés se las denomina como Kata, Kuen o TaoLu en chino, Pumse o
Hyong en coreano, La Han o Thao Quyên en vietnamita, Juru en indonésico,
etcétera, y reúnen dentro de sí la diferenciación técnica del Arte Marcial al
que pertenecen, siendo, en muchos casos, su sello de identidad, pues,
observándolas, se pueden reconocer los principios y conceptos principales del
arte marcial realizado, así como gran parte de su arsenal técnico.
Las Formas consisten en realidad
en una coreografía, esto es, en un encadenamiento de movimientos técnicos que
el practicante de Artes Marciales realiza sin compañero, constituyendo un
entrenamiento en solitario destinado a aprender, asimilar, practicar y
perfeccionar los movimientos principales de ataque y de defensa contra uno o
varios adversarios imaginarios. Dicho en otras palabras, la Forma es un combate
en solitario que permite progresar en la técnica y, por consiguiente,
perfeccionarla.
Los movimientos técnicos incluidos en las Formas son aquellos que
constituyen la técnica básica de los estilos marciales y, en muchas ocasiones,
es por lo que se distinguen a primera vista unos de otros parecidos y, por
ello, a través de ellas permite diferenciarlos. Los movimientos técnicos a los
que me refiero pueden ser de una amplia variedad, desde las diversas posiciones
básicas, o las posturas o guardias básicas del estilo, hasta el arsenal técnico
defensivo u ofensivo, esto es, los diversos tipos de esquivas, desplazamientos,
defensas y contraataques, estos últimos casi siempre atacando las zonas más
vulnerables del cuerpo del adversario, ya sea con los miembros superiores
-brazos, codos, antebrazos, muñecas, manos o dedos- o los inferiores -rodillas,
tibias y pies-.